Muchos padres se preocupan por los efectos del uso del chupón o succión de los dedos de sus hijos. Algunas de las preguntas más comunes es si esta práctica es dañina, a qué edad debería detenerse el uso de chupones y biberones o qué podría pasar si el niño se rehúsa a dejarlos.
Chupar es un reflejo natural de los niños, ellos comienzan a chupar sus pulgares u otros dedos desde el útero materno, cuando nacen continúan con este hábito. El uso de chupetes u otros objetos les hace sentirse seguros y felices a los niños; colocar su pulgar en la boca les da una sensación de seguridad en los momentos difíciles, como cuando se separan de sus padres, están rodeados de extraños o en un ambiente desconocido. También tiene un efecto relajante en ellos y les ayuda a conciliar el sueño.
Estudios hechos por la Sociedad Española de ortodoncia han concluido que la succión prolongada de los pulgares, chupetes y biberones puede causar problemas en el crecimiento adecuado de la boca y diversas alteraciones en la boca de los pequeños, tales como:
Dientes de conejo.
Es la desviación de los dientes centrales inferiores hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el maxilar superior se separan y sobresalen hacia afuera.Mordida abierta.
No se recomienda el uso del chupete más allá de los 6 meses y el biberón por más de un año, ya que puede provocar que los caninos choquen entre sí y las filas dentales no se cierren adecuadamente, causando que los dientes superiores se vayan hacia adelante y los inferiores hacia atrás.
Mordida cruzada.
La succión pone en funcionamiento varios músculos en la boca y cara, junto con la posición de la lengua, hacen que las líneas superiores en inferiores pierdan su alineación y paralelismo.
Descolocación de los dientes.
El uso permanente del chupete y succión de pulgares modifica la posición de los dientes. Si interrumpimos su uso antes del primer año esto puede ser reversible, ya que no habrá dado tiempo a que se produzcan malformaciones de la articulación temporomandobular ni deformaciones en el hueso, las cuales modifican el arco dental.Rompiendo los hábitos
El uso de chupones puede afectar los dientes de la misma manera que el uso prolongado del biberón y chupar sus deditos y pulgares. La mayoría de los niños dejan este último hábito entre los 2 y 4 años. El comportamiento disminuye gradualmente durante este período, ya que pasan más tiempo explorando y desarrollando otros sentidos. De igual forma la presión del grupo permite que muchos niños en edad escolar vayan terminando con este mal hábito. Si el pequeño no se detiene solo los padres deben apoyarle a dejarlo, mientras más pronto terminen con él el beneficio será mejor para su salud bucal.¿Cómo apoyar a tu hijo a dejar de chupar su pulgar?
- En lugar de regañar al niño por chupar su dedo premiarlo cuando no lo haga.
- Los niños suele chupar sus dedos al sentirse inseguros. Encuentran la causa de su ansiedad y apóyalo en desarrollar hábitos más saludables.
- Un odontopediatra es un gran aliado para alentar al niño a detenerse de chupar el pulgar, así como explicarles qué podría ocurrir con sus dientes si continúa. Durante el proceso también pueden apoyarse con un aparato bucal o medicamento para cubrir el dedo y evitar la succión del pulgar.
El uso del chupón suele ser el hábito más difícil de llevar. Usarlo como método alternativo a la succión del pulgar puede tener secuelas más graves, es importante no prolongar después de los 6 meses. Algunos consejos para ayudar a tus pequeños a dejar el chupón son:
- Ayudar a dejarlo poco a poco durante el día, es importante decirle que no es bueno que use el chupete ahora que ya no es un bebé.
- Al identificar las situaciones que causan ansiedad en nuestros pequeños es posible ofrecer una solución alterna, como un peluche o un muñeco de su personaje favorito.
- Puedes preparar una especie de fiesta para despedir al chupón, guardarlo en un lugar lejos de su alcance, tirarlo en el depósito de basura o dejarlo en una cajita para celebrar que ya es un niño grande y no lo necesitará más
- Si en el proceso sorprendes a tu hijo con el chupón no le regañes ni lo quites de golpe, explícale que acordaron que ya no lo utilizarían más.
- Comenzar la transición a la brevedad. A partir de los 8 meses podemos comenzar a darle vasitos entrenadores y combinarlos con los biberones, poco a poco se irán sustituyendo los biberones por tazas.
- El biberón antes de dormir es el más difícil de eliminar. Puedes probar con un baño caliente, música relajante y un cuento antes de acostarse, acompañado de su peluche favorito.
Si al retirar estos hábitos notamos que se producen deformidades en la boquita o dientes de tu pequeño, estos deben ser tratados cuanto antes. De no hacerlo el niño puede desarrollar problemas más graves y difíciles de corregir, lo que incluye un tratamiento de ortodoncia o cirugía, en caso de un crecimiento asimétrico en la cara.
Ante cualquier cambio no dudes en consultar con tu odontopediatra, con mucho gusto responderemos tus dudas.
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